La Seidkona y Völva - La Antigua Hechicera Nórdica
- franklinpendragon
- 19 sept 2021
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En los tiempos antiquísimos de los tiempos de las Eddas donde los Aessir y Vannir se manifestaban entre los hombres, las mujeres gozaban de una gran conexión especial con esta divinidad. La Diosa Freyja se encargó de dar este conocimiento a las mujeres y algunos hombres, sin embargo era más visto por el genero femenino.
Las mujeres de esa época en medio de sus tradiciones fueron las precursoras de crear las bebidas espiritosas como la cerveza y los licores, se encargaron de hacer medicinas ancestrales, de la gastronomía, de la ganadería y agricultura comprendiendo los ciclos de la naturaleza en su entorno y develando misterios únicos que se manifestaban en el entorno. Muchas de estas mujeres eran capaces de hacer cosas que nadie se puede imaginar como dominar a los muertos, dominar a la naturaleza, dominar a las personas con encantamientos con las runas. Entre ellas una muy popular que fue Groa quien llamada desde el Helheimr (Reino de los muertos) fue llamada por varios para pedir su asistencia para ganar las batallas.
Grógaldrar es el primero de los dos poemas contenidos en Svipdagsmál. La obra es un ejemplo de las prácticas de nigromancia en la mitología nórdica. Detalla como Svipdag levantó de entre los muertos a su madre Groa, una Völva. Esto era algo que le había dicho que hiciera cuando aún estaba viva; ilustrando esto el conocimiento de las cosas futuras que tenía la Völva. El propósito de la necromancia en este caso es para asistir a su hijo en una tarea impuesta por su madrastra, quien se puede pensar tenía sus planes para que fracasara.
Dejaré un fragmento de la Edda poética donde se plasma el ejemplo de lo que digo
En la primera estrofa Svipdag habla e intenta que su madre se levante de su tumba, en su montículo funerario de la forma que ella le enseñó cuando estaba viva.
La segunda estrofa contiene su respuesta, en donde pregunta a Svipdag el motivo por el cual fue despertada de la muerte.
Este le responde contándole la tarea impuesta por su madrastra, ganar la mano de Menglöð. Él presagia todas las dificultades que supondrá el viaje y lo declara:
«Mala jugada, artera, me hizo la mujer que a mi padre abrazó: que vaya me dice a lugar imposible en busca de Ménglod.»
Su madre muerta está de acuerdo con que el viaje será largo y lleno de obstáculos pero no lo disuade del intento.
Svipdag pide a su madre sus conocimientos de Völva para su protección y Groa entonces canta nueve hechizos o conjuros.
Svípdag dijo:
1 « ¡Despierta, oh Groa, tan buena, despierta! Al umbral de los muertos te llamo; a tu hijo, acuérdate, dicho dejaste que al túmulo a verte acudiera.»
Groa dijo:
2 «¿Qué es lo que inquieta a mi único hijo? ¿Qué mal pesar tienes tú, que a tu madre recurres, que está bajo tierra y el mundo dejó de los vivos?»
Svípdag dijo:
3 «Mala jugada, artera, me hizo la mujer que a mi padre abrazó: que vaya me dice a lugar imposible en busca de Ménglod.»
Groa dijo:
4 «Es largo el viaje, largas las sendas, largas las ansias de amor; propósito es ese que, si es que lo logras, Skuld así lo fijó.» .
Svípdag dijo:
5 «¡Tus buenos conjuros cántame tú! ¡Socorre, madre, a tu hijo! Muerte segura hallaré en mi camino, muchacho tan joven que soy.»
Groa dijo:
6 «El primero te canto que mucho aprovecha y que Rani a Rind le cantó: Mal que te aceche a la espalda arroja. ¡Adelante ve tú por ti mismo!
7 El segundo te canto, si falto de fuerzas, errante has de hacer camino: Remedios de Urd por doquier te protejan, si es que en aprieto te ves.
8 El tercero te canto, si en rápidas aguas peligra tu vida: Que Horn y Rud para el Hel se vayan, siempre a tus pies se seque.
9 El cuarto te canto, si gente enemiga camino a la horca te aguarda: Que allá en tu favor se les vuelva la mente, que hagan arreglo contigo.
10 El quinto te canto, si firmes cadenas presos tus miembros tienen: Conjuro te digo que libra tus brazos, de tus piernas las trabas saltan, de tus pies las cadenas.
11 El sexto te canto, si topas del mar tempestad cual nunca se viera: Que el viento y las aguas entonces se calmen y bien tu viaje prosigas.
12 El séptimo te canto, si en alta montaña escarcha te viene y ventisca: Que a tu carne, siniestro, no pase el frío. ¡Téngase entero tu cuerpo!
13 El octavo te canto, si fuera la noche te coge en oscuro camino: ¡Líbrate él de malos hechizos que muerta cristiana te haga!
14 El noveno te canto, si en ciencia compites con ogro el famoso y lancero: Que el habla y saber te acudan al pecho y siempre abundantes te asistan.
15 ¡Nunca a mal sitio tu marcha te lleve! ¡Que nada tu empresa malogre! Dentro en la roca, firme en la tierra, mis conjuros a ti te canté.
16 Llévate, hijo, y guarda en tu pecho las palabras que dijo tu madre, pues toda ventura en tu vida tendrás mientras mis dichos recuerdes.»

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